Vivimos en un mundo Volátil, incierto, complejo y ambiguo, (VICA), estas siglas buscan sintetizar el estado actual de las cosas en el Mundo a través de estos términos que, de alguna manera todos los sentimos vivimos y padecemos.
Estamos en un entorno VICA, así ha definido Bauman este momento de la humanidad, en el que se han desvanecido historias sólidas, como aquellos principios que signaban los matrimonios para siempre, el trabajo para toda la vida, hacer carrera en un sólo lugar o ahorrar para tener algo. hoy estamos en un mundo más veloz y ansioso por las novedades, más precario respecto a la estabilidad de las cosas, vertiginoso en cambios y transformación y agotador por el estrés, que significa adaptarse todos los días.
COMPRENDIENDO ESTOS CONCEPTOS
Volátil, hace referencia a un mundo totalmente oscilante, de pronto todo parece haber vuelto a la normalidad, y de pronto tenemos algo nuevo que irrumpe la tranquilidad y el equilibrio. Las cosas cambian y crecen de acuerdo a su crudeza, velocidad, tamaño, cantidad, también aparecen las turbulencias mientras el mundo intenta adaptarse y asentarse nuevamente.
Incierto, posiblemente percibamos que existe un ambiente o una sensación de caos que nos sume a una incertidumbre que jamás sabemos cómo van a resultar las cosas, la gestión de la incertidumbre es un tema ahora de conversación, en la que las empresas y organizaciones necesitan aprender a convivir con ellas de forma permanente, ya no hay nada completamente seguro, ni lo habrá, estamos ante un entorno que cada vez se hacen más interrogantes que respuestas, porque se han multiplicado las variables que escapan de nuestro control. EL mundo en si se ha vuelto más complejo que hace una década atrás.
Complejo, la realidad indica que hasta con las mejores intenciones casi todas tienen una vuelta que aun no encontramos, es posible que ese tiempo que buscamos de darle sentido a lo complejo nos haga perder de vista que, en el caso que lo hallemos, ya estará desactualizado, y habremos perdido el tiempo, en la complejidad a veces necesitamos desarmar toda la estructura y empezar de nuevo.
La complejidad también es un signo de confusión, de un altísimo sentido errático de las cosas, de una gran falta de conexión entre lo que hacíamos antes con la forma de encararlo, los viejos modelos ya no funcionan, ni lo harán, de allí que muchas empresas están sucumbiendo en el momento actual porque no lograron adaptarse y sobrevivir.
Ambiguo está producido por la complejidad la incertidumbre y volatilidad de todo, las cosas han adquirido múltiples y confusos significados, sin ir más lejos, los códigos de palabra ya han dejado de existir, las personas se vinculan a distancia, a través de medios tecnológicos casi asépticamente, (como para no tocarse y ver que sienten) y se llega a niveles en que casi desde cualquier parte del mundo cualquier cosa puede explotar y cambiar radicalmente en un segundo todo. curiosa y saludablemente, hay cada vez mas personas que adoptan alguna mascota que les hace cambiar la dieta, luchando por reequilibrarse en este marco de ambigüedad surgen también las brechas de opiniones, posturas radicalizadas, con cargas de violencia incontenible, ya que la irracionalidad del mundo hace que los asuntos estallen de cualquier forma sin importar las consecuencias.